Quizá sea una impresión mía… Estamos pasando de conformarnos con pulsar un botón de «me gusta» o dar un voto en un sitio web a enviar imágenes con mensajes de rabia más o menos contenida a través de redes, plataformas de mensajería,…
Al menos, poco creo, un voto o una adhesión como el «me gusta» de Facebook se puede contar y medir…
Pero los envíos masivos de imágenes pretendidamente concienciadas, además de resultar molestos por repetidos, trasladan la rabia de uno a otro.
Si al menos los enviáramos con una pequeña explicación de nuestra reflexión (estoy de acuerdo, o no, o en parte…).
Y es que hoy es mucho más fácil hablar con alguien… Y preferimos rebotar mensajes prefabricados.