En las redes sociales damos a los botones de «Me gusta», «Retweet», «Reenviar»,… con una habilidad y una frecuencia pasmosa. En ocasiones, me temo, sin siquiera haber pasado más allá del titular (diría yo, por la cadencia con que caen algunos de los reenvíos…)
Hace años, un profesor me hablaba de que él, cuando era niño, debía ‘fabricar’ la luz, cuidarla en un quinqué, llevarla a donde la necesitara… y que nosotros nos habíamos acostumbrado a dar un botón y tener luz en toda la casa.
Ahora, la anécdota casi parece prehistórica… pero es aún más válida.
Evidentemente, no critico la participación online, el que se difundan noticias a través de las redes sociales.
Pero sí me cuestiono la reflexión que pueda haber tras esta actividad.
Ánimo: defiendo la participación de cada persona a través del medio que considere oportuno (redes sociales, blogs, cartas al director, pancartas,…), que exprese, de forma respetuosa, su opinión lo más reflexionada posible.
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