J.M. Serrat ha decidido recoger el reto que el centenario del nacimiento de M. Hernández le ha puesto en bandeja, y recordar así también su disco de 1972. Y es que, como dice en una entrevista que es una delicia, dice
como es el año de su centenario pensé que sería raro que en mis conciertos no apareciera alguna de sus canciones. Pensé en retomar aquéllas y añadir alguna pieza nueva, pero al emprender de nuevo el camino de sus versos fueron destilándose historias, y poco a poco me encontré con un material de calidad, y el proyecto fue creciendo
El disco se titula Hijo de la luz y de la sombra, y es una oportunidad de acercarnos a dos clásicos (Hernández y, ya, Serrat).
Me gusta la frase con que termina la entrevista.
Ojalá el disco sirva para que los amantes se enamoren con él, para que la gente mayor llore, abrazados los unos a los otros, para que los adolescentes hagan copias furiosas de él y se las pasen por debajo de los pupitres